miércoles, 26 de febrero de 2014

De un barco de papel y una guitarra


 
 
Hoy ha muerto Paco de Lucía.

Tocaba la guitarra. Como nadie. Volaban sus dedos con la cadencia imparable del viento.

Tocaba la guitarra y ha muerto en una playa. Lejos de Cádiz, en la otra orilla del Atlántico.

Se nos ha ido un músico maravilloso, que derrumbó las fronteras del flamenco, abriendo su quejido al blues, al jazz. Su interpretación del Concierto de Aranjuez es maravillosa.

Les invito a escuchar este vídeo. Es una canción sobre la amistad. Paco de Lucía y Alberto Cortez.

Al final, se escucha la voz de Alberto:

“gracias Paco”

 

A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida,

paso a paso.

A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.



Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.



A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.

A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.


Amigo mío si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla

 te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos

en el alma.

 

Se nos ha roto una guitarra.

Y hoy, hace justo un año, a estas horas de la noche, moría mi padre.

Que era músico. Y de Cádiz.
 
Y al que llevo en el alma.

 

Antonio Carrillo.

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